viernes, 2 de abril de 2010

Cuando abrió mis ventanas (bilingüe)

Me levanto. Preparo el café de cada mañana y en mi mente se agolpan ideas, sensaciones, imágenes que necesito plasmar con palabras, atarlas.

Hi ha vegades en les quals, sense previsions ni perspectives, algú entra a la teva casa, obrint finestres i portes al vendaval, a l'aire renovador que netejarà d'olors les sales. N'hi ha prou amb la seva sola presència per a notar com les parets tremolen i l'esfera de boira del rellotge, bufonescamente, pateix i dansa. Sí, ens basta aquesta mà per a acceptar que no existeixen eternitats en el temps que ens queda, per a oblidar on estem i acceptar el fluir fugitiu que ens alleuja del sabor a solitud. Ens basta la alquimia per a jutjar l'infern acordat i recordar les bastides del plaer, les històries fragmentades o els esquemàtics apartaments que, en altre temps, vam habitar.

Finalment, sempre arriba el moment de tornar a tancar finestres i tornar a la nostra cambra, admetent l'inadmissible. Com seria aquest volar de tornada, aquest baixar amb les ales dilatades, aquesta densa precipitació, si fos compartida? No puc diluir el paradís si la llum marxa, però puc afegir pedres als peus, que m'ancorin enfront de les fallades de guió. El que cercava a la teva mirada, el que tots busquem, és alguna cosa molt trivial: la negació del temps. I per uns moments, vam aconseguir arraconar-lo.





Hay veces en las que, sin previsiones ni perspectivas, alguien entra en tu casa, abriendo ventanas y puertas al vendaval, al aire renovador que limpiará de olores las salas. Basta con su sola presencia para notar como las paredes tiemblan y la esfera de niebla del reloj, bufonescamente, sufre y danza. Sí, nos basta esa mano para aceptar que no existen eternidades en el tiempo que nos queda, para olvidar dónde estamos y aceptar el fluir fugitivo que nos alivia del sabor a soledad. Nos basta la alquimia para juzgar el infierno acordado y recordar los andamios del placer, las historias fragmentadas o los esquemáticos apartamentos que, en otro tiempo, habitamos.

Finalmente, siempre llega el momento de volver a cerrar ventanas y volver a nuestro cuarto, admitiendo lo inadmisible. ¿Cómo sería ese volar de vuelta, ese bajar con las alas dilatadas, esa densa precipitación, si fuese compartida? No puedo diluir el paraíso si la luz se marcha, pero puedo añadir piedras a los pies, que me anclen frente a los fallos de guión. Lo que buscaba en tu mirada, lo que todos buscamos, es algo muy trivial: la negación del tiempo. Y por unos momentos, conseguimos arrinconarlo.


Gracias por esa conversación.

5 comentarios:

Wonder dijo...

una abraçada ben forta, amic

oscar dijo...

Precioso. No sé quién es la afortunada a la que le escribes esto, pero me parece precioso. Ójala supiese decirlo como tú.

Me sorprendió el audio. Ayuda a darle tu sentido. Un abrazo.

chuscartes dijo...

Gràcies Wonder. M'agraden les abraçades fortes. je je je je.

Óscar, a ti te lo voy a contar! Por primera vez me atreví a grabar el poema en audio, y salió un poco enlatado. Igual, si me decido a continuar, mejoraré.

Sobre el contenido... Igual algún día te lo explico. je je je je

Lacuerda dijo...

Peoncita no sé si he de estar contenta o triste. Si te abren las puertas entra con cuidado. Ya sabes que después tus caídas son abismales. Suerte.

Dorothy dijo...

Em fa molta por que algú entri a casa sense avisar i obri portes i finestres, però explicat així potser no sembla tan dolent...