Todos ellos se han ido rompiendo de maneras naturales (por viejos) y otras de un tanto extrañas (como choques contra las farolas). El último, éste que he roto, sufrió un golpe contra un árbol el pasado mes de marzo, pero ha ido subsistiendo hasta anoche. La pantalla se apagó definitivamente.
Hoy he ido a buscar uno nuevo, pero no me llegará hasta el día 22. Así que voy a estar sin teléfono unos cuantos días. Espero que nadie se lo tome a mal. Yo voy a respirar aliviado. Lo malo es que con el móvil perdí el despertador. Un abrazo.
3 comentarios:
Yo también tuve un cacharro de esos. Cómo alucinaba con él. ¿Qué hacías para romper el teléfono con un árbol? Antonio
cuentanos lo del árbol y telefono,creo que promete jejejejeje...saluditos
Curioso, mi primer móvil también fue este, aunque el mio lo heredé de mi padre :). Un saludo de una desconocida
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