EL SILENCIO ILUMINADO

Últimamente, siento la presencia de la Iluminación como una voz desapacible, arisca, como una sombra esquiva. Es como si hubiese abierto un foso vacío entre los cuerpos de ambos. Y eso que estoy acostumbrado a fundar mi fortaleza, pero encuentro la oquedad como una injusta hendidura en la tierra. En poco tiempo, la Iluminación se ha convertido en un cuerpo intocable, un silencio que todavía mantiene el poder de la seducción. Sé que nada ha cambiado, sólo es la insaciabilidad de mis ojos, que día a día se hace más enérgica.

Como dijo Empédocles, “Todo lo que no pesa, se reúne para caer”. La grieta está presente en la tierra. Ahora falta saber, si mi extravío es tan fuerte como para hacerme caer solo, o necesita de la Iluminación para derrumbarse. Por el momento, el temor está presente.


Cada cop que esdevens silenci,
distància esberlada, agre i confosa,
em sedueixo de tu,
d’aquesta flaire teva
que deixes aferrada als meus dits.

És estranya la cal·ligrafia del mutisme:
paraules tancades hermèticament,
sentiments coercits, inquiets,
i el tremolor davant d’un fracàs
que et braseja als ulls.

Cada cop que esdevens silenci
et condemnes, et prohibeixes,
disfresses el nostre desig
amb la fragilitat de la dissensió.
Cada cop que esdevens silenci
intentes protegir-te de la soledat
que t’esgalla per dins.