jueves, 24 de diciembre de 2009

VIVIR EL SILENCIO

LLevo unos días bastante apagado, que es la versión más suave para decir "vacío". Y poco a poco, voy aprendiendo a vivir en ese silencio interno. Reconozco que soy una persona bastante crítica, y eso me lleva a momentos como los de estas semanas, donde pienso "demasiado". Todo surge a partir de la percepción de velocidad de mi vida. Siento como si se hubiese banalizado, como que mi corazón (emociones) se han mecanizado y el cuerpo automatizado. Fue esta sensación de pérdida personal la que me llevó a vivir mi silencio en derrota.


Lo primero que he pretendido desestructurar en mi silencio es la concepción monolítica de la jerarquía de valores, como no bajo la influencia platónica, y que tanto me agobia. Este golpe a la escala se produjo en mi concepción de mi naturaleza humana (no sé si me estáis siguiendo). Perfeccionista como me considero (en algunas cosas) descubro que la naturaleza humana perfecta es una contradicción, que afecta a todas las dimensiones de la vida humana (que no divina) como la sociabilidad, el tiempo libre, el arte... institucionalizadas en la institución que quiere reglamentar la totalidad de nuestras vidas. (la naturaleza humana perfecta es primero de todo cristiano, después hombre, adulto, a continuación blanco...)


Retomo el tema, que me voy. Estos días he vivido (obligado por las circunstancias) mi silencio. Y tengo la suerte de que me lleva a una simplificación de la vida. Y me doy cuenta de lo necesario que ha sido para mi, sentirme vacío para poder llegar a entenderme. Sin la experiencia de mi silencio, si no paso existencialmente por mi, no podría ser tolerante; seguiría en la rigidez y, por tanto, no podría ser feliz cada vez que las cosas no salen como uno querría o piensa que deberían ser.

Este paso por el silencio me ayuda a saber que las cosas se pueden decir, hacer y pensar de muchas maneras. Aristóteles pensaba que la naturaleza aborrecía el vacío. Nada debe quedar vacío. El horror al vacío retrasó por siglos la idea de Demócrito según la cual los átomos se mueven en el espacio vacío hasta que por fin Einstein mostró que el vacío podía transformarse en energía y que es el substrato de lo real. LaoTse dijo “Con arcilla se fabrican las vasijas; en ellas lo útil es la nada ”.

4 comentarios:

oscar dijo...

Para lo poco qu te conozco, creo que eres demasiado sensible a lo que te rodea. Deberías tomarte la vida más relajadamente.

Para los orientales el vacío es la realidad profunda, occidente tardó siglos en entenderlo como el correlato necesario para la presencia de las cosas. No se trata de no llenar el vacío, sino de cómo y con qué. Y creo que tú, llenas muy bien tus vacíos.

Felices fiestas

Wonder dijo...

El pitjor de l'aprenentatge de la vida és això, que quan comences a entendre, quan comences a trobar-te amb tú mateix, te n'adones de que no hi ha res, que al cap i a la fí, estam condemnats a viure sols, amb naltros mateixos, és la pura i crua realitat, no hi ha res més... de totes maneres, ens hem d'acceptar així com som, i crec que ho estam aconseguint, encara que a poc a poc. Accepta una forta abraçada i una vegada més sentir que t'estim.

Dorothy dijo...

Yo adoro el vacío y la nada, aunque me costó mucho llegar a ese punto, e incluso así, hay veces que me dan miedo porque son un poco vampiros y me absorben por completo. Suerte que los amigos están ahí para hacerme ver más allá de mi vacío.

Lacuerda dijo...

Me preocupas, peoncita. Te veo un poco tristón últimamente. Te llamo y nos tomamos unas cañas. Besos.