lunes, 21 de junio de 2010

Con el cuerpo aún presente

Esta semana murió Saramago, para mi un gran escritor y pensador. No me considero de ideología comunista, pero comparto muchas de las cosas que dijo. Pero este post no es para hablar de Saramago, sino de la panda de cucarachas hipócritas que viven en ese lugar llamado Vaticano. Un lugar que goza de inmunidad política y económica, donde hay blanqueo de dinero, pederastas acogidos políticamente, y muchas otras historias para no dormir.

Todos sabemos que estás serpientes del Antiguo testamento no pueden mantener la boca cerrada. si lo hacen pueden morderse la lengua y morir envenenados. Por eso, cobardemente clavan su aguijón ante el cadáver yacente de José Saramago: el Vaticano pretende recordarnos que es escritor portugués era extremista, laico, ateo... Como si de un "Aquí hay tomate" se tratara se meten con alguien que no se puede defender, atacan como un buitre carroñero. Muy cobarde.

Las hogueras apagadas de media Europa están llenas de las cenizas de los ajusticiados por la “Santa Inquisición" que depuraba la fe con el fuego y arrancaba confesiones con horribles instrumentos de tortura: con esos antecedentes, la Iglesia Católica no tiene el pudor de guardar respetuoso silencio con un intelectual profundo que cometió el atrevimiento de disentir en la línea de tantos que fueron sacrificados en la hoguera. Además, les da la sensación de ganar la batalla, porque Saramago no volverá para defenderse. Veo que su hipocresía es mayor de lo que esperaba.

Pero lo que no se esperan estos seres, es que al arremeter contra Saramago también lo hacen contra todos nosotros. Comparto su visión del Dios vengativo de CAÍN. Y como él creo que el Dios de la Biblia es “un ser cruel, vengativo, injusto, soberbio y envidioso”. Y el Vaticano con su ataque continúa en su línea. NO me vengan ahora a dar lecciones de moralidad.

Pues yo voy a hacer lo mismo que esta gente, y cuando fallezca el sumo pontífice y la capilla ardiente esté montada recordaré los coqueteos que tuvo en vida con un montón de pederastas con los que fue capaz de convivir sin problemas de conciencia. Recordaré como condenó el movimiento religioso libertario que arremetió contra las dictaduras sudamericanas de Videla, Pinochet o los escuadrones de la muerte de Centroamérica. Y lo mejor de todo será que su culpabilidad y responsabilidad es mucho más grande que la que tuvo un escritor que tuvo que huir de su país por pensar como pensaba.

Hay días que a uno le entra la mala hostia!

2 comentarios:

Lacuerda dijo...

Peoncita, te veo muy seroi últimamente y no me atrevo a dejarte comentarios. Todos sabemos lo que hay en el Vaticano. Ellos solitos se descubren. Alégrate y disfruta del verano. Besitos

Cenicienta dijo...

aaarrrrrgggg, només se m'ocurreix això per posar, nàusees profundes