Lo peor de ver, en una pareja sentimental de amigos que rompe, es el conflicto de odios que genera. Algo que deja a “La guerra de los Rosse” a la altura de un razonamiento de Paquirrín. Lo digo porque sé de lo que hablo, que mi amiga M y mi amigo L han roto. Y yo acabo de recibir dos mails. Uno de cada uno de ellos esperando a que me afilie a su bando. Y esto es agotador. No os podéis imaginar como estamos viviendo los amigos comunes esta batalla. El pasado viernes, sin ir más lejos, coincidimos en un cumpleaños. Entre la ensalada de pasta y el pastel de berenjenas, me contaron que “el culpable de todo” había sido L, que se lió con su peluquera. Yo no tengo nada contra las peluqueras, más bien al contrario, pero ese era el chismorreo, qué le vamos a hacer. Luego tuve que sentarme en la franja que separaba a la pareja, que me río yo de la franja de Cisjordania, y asistir al fuego cruzado con cara de Naciones Unidas.
- ¿Sabes en qué se parece un aniversario y el punto G?- decía ella- En que los hombres no aciertan con ninguno de los dos.- Así me lo contaba ella en plan colegueo y casi me atraganto con el nacho con guacamole al ver cómo nos miraba L. ¿Que L abría las piernas? Allí estaba ella: - Mírale, ¿sabes por qué se sienta con las piernas abiertas? Para no aplastarse el cerebro.- se respondió a si misma, mirando fijamente a su ex. Lo que os digo, agotador. En serio. ¿Tan difícil es mirarse a la cara, reconocer que la relación ha caducado, como un yogur de plátano, y despedirse amablemente, como dos seres humanos que han intentado con todas sus fuerzas que las cosas fueran bien y no lo han conseguido?
Con una mano en el corazón y la otra en la playstation, ¿no podría hacerse algo para evitar tan molesta situación? Hay una obra de teatro cuyo título define lo que mucha gente piensa a la hora de buscar pareja: I love you, you’re perfect, now change. Muchos piensan que ese prodigio es posible, que la gente puede cambiar. Y la gente no cambia. Vaya, no cambiamos. Podemos ser más tolerantes, más dialogantes, más comprensivos... pero como dice el refrán: la cabra tira al monte.
2 comentarios:
Se lo que quieres decir, estar entre dos amigos que se han separado y no poder elegir pq eres amigo de los dos... Es una situación horrible que provoca malestar a quien se encuentra enmedio... Pero supongo que las aguas llegaran a su cauce... Aunque para eso haga falta tiempo... como dicen que el tiempo lo cura todo... besitos Jesuset
cuando rompí com mi ex, lo que más me molestó fue perder algunas amistades. Ahora, lo veo como algo inmaduro.
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