"El primero y más importante fundamento de la virtud o de nuestro comportamiento en la vida consiste en buscar nuestro propio beneficio. (Espinosa)"
Estos días he vivido cosas que me reafirman en lo que normalmente tienes claro pero no quieres ver: una amistad no se debe al amor puro y desinteresado. (Y como argumentación me acojo a Espinosa) Hace años tenía esta concepción candorosa y optimista. Hasta llegar a la conclusión actual: que todo se basa en el puro interés y en el egoísmo. Sin egoísmo no hay ni amistad ni amor. Amamos aquello que nos beneficia.
Todo esto lo digo porque ayer volvió a llamarme una chica que no me interesa nada: "La pesadilla". Hacía casi un año que me había dejado tranquilo, y sin esperarlo, me llamó. ¿Por qué? Si, estoy montando una entrada en mi blog para justificar mi rechazo a otra persona, y la razón es porque no me beneficia en nada. Soy egoista como todos. La base del amor a los demás, en sus diferentes variantes, es el amor a uno mismo. Me hace gracia cuando alguien acusa a otro de egoísta. Todos somos egoístas y así debe ser...
Fui tajante y directo: Prefiero perderme solo, que acompañado. al menos, el mérito siempre será mio.
1 comentario:
te das cuenta de lo cruel que suena eso? Y viniendo de ti suena algo raro. Pero, en cierto modo, te doy la razón.
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