Estos días soy plenamente consciente de la suerte que tengo con mis amistades y también con las personas que conozco, en general. He tenido abrazos de oso que me han hecho hasta crujir los huesos, he recibido abrazos de ternura inmensa (inesperados) que me desarmaron, he disfrutado de abrazos tímidos cargados de cariño (sinceros). abrazos inolvidables... sentidos... y también de los otros... fríos... metálicos... abrazos que no debieron ser... Nunca olvidaré... el abrazo... el abrazo de una amiga... abrazo fuerte... y contenido... un abrazo de despedida... Abrazos... abrazos de pareja... de amigos... de despedidas... reencuentros... de cariño... de protocolo... Abrazos... abrazos cortos... largos... apretados... tímidos... Incluso, he sentido los abrazos con las miradas, cuando la física era difícil o imposible.
¿Quién no necesita en algún momento de su vida guarecerse entre unos brazos llenos de ternura? A menudo siento un repentino deseo de abrazar a alguien. Un proverbio dice que necesitamos cuatro abrazos diarios para sobrevivir, ocho para mantenernos y doce para crecer. Por sentirme querido, quiero dar las gracias por los abrazos.
1 comentario:
Me encanta sentirme abrazada. Pero también me gusta sentirme libre de ataduras. Siempre que sea sincero, el abrazo es bienvenido. Un abrazo. Je je. Patri.
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