martes, 22 de julio de 2008

Levedad y Gravedad

Estuve hablando por teléfono Con N. sobre sus vacaciones, el peso que nos quitamos de encima tras "El fracaso", y sobre lo que nos depara el verano. Yo debía habalr sobre S. pero no lo hice.

Siento el peso de las palabras no dichas, la geometría inútil de los silencios, el equilibrio de lo que hay dentro y la simetría con la realidad. Siento el empuje, por salir, de los verbos, la resistencia de la gramática a morir reclamando la oportunidad de ser dicha. No puedo renunciar a aquello que me descongela, ni puedo variarlo eternamente. Nunca tuve tanto vértigo. ¿Existes o te he soñado? Sólo poseo un sueño, y sin embargo, temo perderlo.


Hoy es un día lleno de baches, y no me he puesto calzoncillos. Me voy al dentista. En su sillón no me puede pasar nada malo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Deberías decir aquello que necesitas y olvidarte de su peso. Natàlia.