lunes, 22 de diciembre de 2008

Hacia el cambio

Este fin de semana ha servido para mover las cosas. Yolanda me regaló un microondas (metalizado) y yo me decidí a comprar una vajilla: 18 platos (6 de cada) con ensaladera a juego; 18 vasos (6 de cada). Los coloqué en una de las estanterías de la cocina y los miré durante unos minutos, pensando en su futuro. Junto con la nevera y la lavadora, son los únicos objetos que tengo en casa. Al rato llegó Jesús, y entre los dos miramos las bombillas de la terraza del ático. El problema es que las bombillas están mal y hay que cambiarlas.

Intentaré aprovechar estas vacaciones, que empiezo el 23, para comprar los topes de las puertas, bombillas para la terraza (Que no son imprescindibles) y los muebles básicos para poder hacer el traslado (Cama, mesa con sillas y sofá). Igual compro una tele y con su armario, pero de momento se puede prescindir. El caso es provocar el movimiento, o no llegaré a mudarme nunca.

He perdut el costum
de menjar-me les teves paraules,
de deixar que es converteixin en carn.
El teu nom ha estat com un mantra,
la melodia que m’ha acompanyati a la que he intentat habitar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué palabras has dejado de comerte?

María dijo...

Yo incluiría entre los imprescindibles un buen lavabajillas, porque la ropa a fin de cuentas siempre se la puedes llevar a la mamá... pero lo platos no.
Un saludo y mucho ánimo!!!!!

María dijo...

Perdón, quería decir lavavajillas!!!!!!!!!! se me ha ido el dedo!!!!!

Anónimo dijo...

Tencuidado con lo que comes, que luego ganas peso y es difícil perderlo.

Anónimo dijo...

Ya veo que te vas a volver un marujon jejejejeje...bien venido al club.
Estoy poniendo mi blog al dia, cuando puedas si quieres date una vuelta, besos.