sábado, 15 de mayo de 2010

cojones duros

Estos días siento un poema de Carlos Marzal, titulado COJONES DUROS:

... Y en especial tener cojones duros,
para no sentir miedo de perderse,
para el delirio de apostar con fe,
para adentrarse solo en tierra extraña,
para el forzorso puerto del fracaso.
Una fuerza moral.
Consiste en eso:
Una fuerza moral contra el destino.



¿Qué hacer con las desilusiones fruto de unas expectativas no resueltas, no bien encaminadas? Dar esperanzas a lugares donde no hay márgenes de actuación, preservar deseos dentro del juego perdido, el reto de soñar con el cántico de la sirena. Dar palabras y no temblar. La resistencia del cuerpo y la fragilidad del corazón me avisarán y me ayudarán a salvarme. Procurar conservar la esperanza honesta que encontramos entre pasión y favor, sin sentir que cuando perdemos canciones, cuando cambiamos de cuerpo por la noche, nos vamos perdiendo a nosotros mismos.

Buscaré la niebla que se esconde bajo las piedras, el simulacro de orden, lejos de los peligros seductores e insistentes de unos versos. Aplicaré la fuerza moral que requiere el cultivo de rosas. Dibujaré círculos en la arena en pos de la belleza.

1 comentario:

Lacuerda dijo...

Para cultivar rosas hace falta tener cojones. No tengas miedo a las espinas.