sábado, 22 de mayo de 2010

un té con Dostoievski

Dostoievski está sentado en mi cocina. Bebe a grandes sorbos un té. Yo preparo una macedonia. Corto fresas y las voy poniendo en el bol.

D. Chus, hay quien se obstina en hacer pasar la cotidianidad por anormalidad, en hacer creer que la irracionalidad es el camino recto, aunque les obligue a hacer giros extremos y ridículos. Pero ya hace mucho que se sabe que la tierra es redonda y gira alrededor del sol, no obstante siempre hay quien estaría dispuesto a negarlo si con ello pudiese negar la evidencia de su realidad.

C. Pero tú mismo dices que la vida es tozuda y siempre aparece, por mucho que la neguemos, por mucho que queramos verla desde la oscuridad de la caverna. No hay eufemismos que valgan.

D. Esa es la manera cómo nos relacionamos con la vida, exagerando el absurdo de nuestra existencia para luego devorarla y quererla con una brutal intensidad. Pero eso es porque vengo de una cultura sin refinar, sin ironías.

C. Por eso el engaño nos lleva a la muerte.

D. No, no es el engaño lo que nos aniquila. Es la poca determinación de nuestras decisiones. Es tu incapacidad de cerrar etapas y avanzar con las nuevas condiciones. Cada vez que tomamos una nueva dirección es como si la vida quedase suspendida y por eso, Chuscartes, nos cuesta mirar hacia el frente y mantenernos firmes en la disposición tomada.

C. ¿Eso es debilidad de aprovechar el nuevo trayecto?

D. Es lo que os pasa a los románticos más trágicos. Ponéis el alma en un solo gesto, pero al no darle continuidad, el gesto no tiene sentido y se hace incomprensible. Caminar es fácil, forma parte del acto involuntario, pero ser consecuente con la decisión, ser fuerte en la duda, necesita de una entereza titánica.

C. LO que me sucede es que veo la parte de verdad que hay a cada lado, en cada desdoblamiento del camino. Me veo siendo el hombre que podría ser en cada casa y en cada circunstancia. Y lo que me duele no es perder la mano de la otra persona en la realidad, sino perderla en el campo de las posibilidades. No aguanto perder posibilidades. Necesito ver la luz que se filtra en cada puerta entreabierta.

D. Pues para eso hay que lanzarse y hablar. La biología nos lleva a hacer algún tipo de danza antes de meternos en la cama con alguien.

C. Y la cultura nos marca la manera cómo lo debemos hacer.

D. Ese es un ejercicio inútil. ¿Por qué sigues ocultando tus pulsiones? La seducción es una forma excéntrica de danzar, de abordar la realidad hablando de otros temas. Es como si quisieras organizar un viaje a Moscú con la otra persona, pero a la hora de planificarlo únicamente habláis de Praga. Aparca tu vocación de misionero, tu vanidad, y aparcarás la angustia. Arranca y mira hacia el frente. No rompas el hilo que da continuidad a tu “yo”.

5 comentarios:

Lacuerda dijo...

Este diálogo es bastante denso, peoncita, y me pierdo. Ánimo y a hacer el camino.

chuscartes dijo...

e preocupes, lacuerda, me basta con que lo entienda yo. Es uno de mis monólogos internos, dualizado. Gracias.

oscar dijo...

Creo que la seducción es ncesaria, para no pasar de un mirada a la cama de la otra persona. Luego está la seducción lenta y aburrida. A todos nos gusta que nos seduzcan, que nos vayan entrando poco a poco, hasta llegar a esa gran explosión de sentimientos.

Te veo muy ruso últimamente. Espero que te vayas acercando al Mediterraneo, que ahora llega el solecito.
Un besazo.

Cenicienta dijo...

segueix les teues pulsion, el cor batega, només hi ha una manera de conèixer la realitat i és enfrentar-mos-hi, lluitar i pair. Ànim, estima't, una abraçada

Dorothy dijo...

Los rusos tienen mucho peligro cuando se cuelan en tu cabeza...