martes, 17 de agosto de 2010

Aprendiendo de los gatos

Estos días me pregunto qué puedo aprender de los gatos. ¿Qué tienen los gatos que me provocan tanta admiración y contagian una tranquilidad tan cercana a los budas? Dicen que a parte de su serenidad, los gatos nos pueden enseñar varias virtudes como la espontaneidad, la atención, la flexibilidad, la relajación… Cuando un gato se cansa, lo hace de manera absoluta, para no perder un brío de energía. Cuando ha de cazar salta con todas sus fuerzas para volver luego a una postura de descanso. Un gato nunca malgasta sus fuerzas, y cuando observa alguna cosa lo hace poniendo los cinco sentidos, como un monje Zen que aprende a suprimir el resto de estímulos. Cuando se encuentra a gusto en un lugar o con una persona, su ronroneo es la música de la felicidad absoluta. El gato vive por sí mismo, no necesita de ninguna sociedad.


Ernest Hemingway dijo "Los gatos tienen una absoluta honestidad emocional; los seres humanos, por una razón u otra, pueden ocultar sus sentimientos, pero el gato, no." Tal vez debamos aprender de su flexibilidad, su capacidad de adaptación, o de su independencia. Estos días me siento un poco gato, con la mirada perdida

1 comentario:

Cenicienta dijo...

jo sóc la filla d'un liró i una koala, no em desperto i tot em costa molt...espero que l'estiu passi aviat