lunes, 13 de septiembre de 2010

NO PODEMOS AMAR SIN MEDIDA

En uno de sus escritos, San Agustín dice La medida del amor es amar sin medida." De alguna manera nos invita a amar hasta el extremo, dejándonos la piel y entregando las entrañas. Pero desde hace unas semanas no comparto esta idea. No podemos amar sin medida, ya sea por agotamiento (físico o psicológico), por la simple imposibilidad de mantener dicho amor o bien porque la otra persona abusa de la entrega hasta convertirlo en algo enviciado. De algún modo, hoy le vengo a dar la razón a mi hermana y a la guía espiritual.

Desde hace unas semanas he despertado una especie de intolerancia por aquellas relaciones que me dañaban. He comprendido que no necesitamos amar sin medida para ser diferente en la multitud, para ser miembro admitido de ese enjambre. Pero también, porque no necesitamos ser aceptados por todo el enjambre. El mismo San Agustín decía aquello de “Pondus meum amor meus” Mi amor tiene un peso. Por lo tanto, si amamos sin medida a todo el mundo, acabamos con una mochila pesada a las espaldas. Porque cargamos con los problemas de los demás. Sólo aquellos que comparten el peso de su vida son estimables de compartir el peso del amor.

Uno sigue queriendo a la gente, pero no todo el mundo merece ese amor. He aprendido que podemos respetar o incluso aceptar al resto de personas sin desearles mal. Pero cuando se rompe la conexión, una vez se sobrecarga el peso de las emociones por un exceso de chasquidos, los lazos se rompen con una irreparable fragilidad.

No quiero que la gente siga aprovechándose de mí o de aquellos a los que quiero. No quiero más contrariedades que aquellas que acepto, no las que me imponen. Omitido y desvalorizado el sentimiento emergen dos mundos, dos vidas, separados y segregados, espiritual y corporalmente. Hay lazos que nos aferran y otros que nos disparan en direcciones contrarias. Esos lazos suelen ser una trampa que estimamos, pero al fin y al cabo, vaho, un harmónico besamanos, cortesía vacía inserta en las palabras. Y al igual que los sentimientos, las palabras también tienen su peso. Tal vez el silencio sea la mejor opción para aligerar el contrapeso del color de las palabras.

Por mi bien, y el de los demás, yo no puedo querer sin medida. No quiero que llegue el verano y me encuentre nuevamente agotado por las cuerdas emocionales.

9 comentarios:

Cenicienta dijo...

Això es mereix una abraçada d'aquestes que duren no se sap quant i que fan més fort encara, de les que aturen el temps i no importa si es fa de dia. Vas pel bon camí, germà. T'estim. Has fet que s'escrigui un somriure d'aquells que faig jo, que m'omplin tota la cara, m'ha fet molta il·lusió sotir al teu bloc.

Lacuerda dijo...

No estimar a alguien es triste, pero a veces es necesario. Un fuerte abrazo

chuscartes dijo...

Gràcies noies.

oscar dijo...

Si es tu decisión y te encuentras a gusto así, creo que haces bien. Si tomaste ese camino, tus razones tendrás. A veces intentamos agradar a todo el mundo, pero eso es muy difícil. Espero poder seguir contando con tus conversaciones de terraza. Siempre te digo que de bueno que eres pareces tonto. Me alegra que no te dejes cargar.
Un fuerte abrazo

Dorothy dijo...

Visca la neteja emocional, encara que de vegades és perillosa. No té marxa enrera.

Marc dijo...

Es difícil romper con el pasado y con las personas que estuvieron unidas a uno. Creo que lo importante es sentirse a gusto con lo que se hace. Y si para estar a gusto hay que romper con personas, creo que es correcto.

chuscartes dijo...

Más que correcto, Marc, creo que es legítimo para la persona poder romper con esos lazos si se vuelven asfixiantes. Es un derecho. Nadie puede obligar a nadie a amar, y mucho menos si no hay reciprocidad o si se convierte en una obligación. El primero que debe admitirlo y consentirlo es uno mismo. Después los demás pensarán de acuerdo a la acción y su percepción. Del mismo modo, existe la misma libertad y legitimidad para decidir a quién entregamos nuestra confianza y nuestro cariño. Tal vez os parezca que no soy yo, pero estoy cansado de intentar agradar a todo el mundo. Siempre con cuidado de no hace daño, pero sin mirar si me lo hacen a mí. Se acabó.

Marc dijo...

Espero que sea algo meditado y reflexionado y no uno de tus prontos

oscar dijo...

Conociéndolo seguro que es una decisión muy meditada