Hace unos días me llamaron unos amigos para ayudarles a rodar unas escenas que les faltaban para su último corto. Necesitaban un chico joven para unas escenas “algo fuertes”. Al principio dudé. Todo eso de que eran amateurs y hacían películas independientes lo cierto es que me hizo sospechar que se dedicaban al porno, pero como me aseguraron que no era su estilo, lo acepté. Ojala se hubieran dedicado al porno… me hubiera traído menos complicaciones.
Su estilo son los cortos de terror super-gores. Sangre y vísceras a mansalva. Cuando llegué, lo primero que vi fue un chico tirado en el suelo, en medio de un reguero de sangre y atravesado por varias barras de hierro. ¡Menudo susto! Luego salió una chica vestida con harapos, llena de sangre y con un hacha en la mano. El maquillaje era espectacular: tenía media cara llena de pústulas, muy desfigurada. Gracia no me hizo ninguna, como os podéis imaginar. Ya tuve bastante con el estreno de una de estas películas, como para meterme en otra.
Cuando pude hablar con ellos, me excusé (muy mal, dicho sea de paso). No me veo siendo atravesado por la barra de las cortinas del baño o mutilado sobre la tabla jamonera por un hacha. Dejo el gore para otras personas. Aunque sea ficción, quiero mantener mi cuerpo entero!
4 comentarios:
Por dios, mejor porno jajajajajajajajajaja...
Entre la caníbal y esto de los cortos, voy a empezar a pensar mal de ti. ji ji ji. Yo creo que no estaría tan mal verte atravesado por el cuchillo jamonero. Pero sólo en una ficción, eh. SEría una interpretación imperdible.
ai, pobre, darrerament duus una vida una mica surrealista... jo m'ho faria mirar!
ja ja ja
Yolanda... darrerament?
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