Primero los cuartos y luego las campanadas de la suerte.
LA PRIMERA: para los que ya no están.
LA SEGUNDA: para los que, aunque estando, han decidido irse lejos.
LA TERCERA: para los que nunca se han ido y siempre nos hacen compañía.
LA CUARTA: para que no se vayan nunca aquellos que nos hacen compañía.
LA QUINTA: por los que vendrán, para los que están a punto de caer como fruta madura del árbol.
LA SEXTA: para los que nunca conoceremos, porque subieron en otro vagón del mismo tren.
LA SÉPTIMA: para la gente de cada día, que aunque no sean ni amigos ni familia siempre nos dicen buenos días, buenas tardes... y otras pequeñas cosas que nos procuran alegría.
LA OCTAVA: para los que mandan, para que piensen que tienen en sus manos la forma de hacer que nos vaya un poco mejor la vida.
LA NOVENA: Por la ciencia, para que encuentre de una vez por todas la vacuna contra la muerte, la vitamina de la vida eterna.
LA DÉCIMA: para el Papa y los curas, para que no amenacen con el pecado o el infierno las formas, que ellos ignoran, de querer.
LA UNDÉCIMA: Para los que están solos o dormidos, porque ya no les viene en gana celebrar nada.
LA ÚLTIMA: Para nosotros mismos, que nos lo merecemos, después de comernos las doce uvas sin ahogarnos.
Bon any, no "nou", sino "déu", és decir, Matrícula de honor.
2 comentarios:
Me ha gustado mucho y por que te considero una de mis campanadas, Feliz Año.
Siempre pensando y pensando. Disfruta más de los momentos sin buscarle una razón. No quieras ser tan lógico. Feliz año.
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