Existe en su representación,
inescrutable como las razones
por las que salto de palabra en palabra.
Existe en su formulación,
propiciando la activación
de la maquinaria de azar y dramatismo,
atenuando estimaciones y sucesos.
Sólo existe en los momentos cercanos al vacío,
con esa áurea dorada y refulgente
que conocen mis despertares.
Existe en su construcción,
puesta a mis pies,
aunque más tarde me destruya.
Existe en mí errar,
en mi confuso afán de vivir,
arrodillado ante ese frágil monstruo
que me recorre como una elegía.
La carta representa: La juventud, la belleza, la suerte, el resplandor, la comunicación, la creatividad, los valores mentales sobre los valores afectivos o sentimentales, buena conexión mental o intelectual, afinidad de ideas, momento de una gran fuerza mental y claridad de ideas.
4 comentarios:
¿Se desdibuja el deseo?
Peor Óscar, se desdibuja el personaje. Mejor dicho, me desdibujo yo ante su existencia.
Jesús, no et fonguis aíxí, patiràs massa, sé de què parlo. Esper que aquesta carta no s'inverteixi...
Gràcies pel consell, Cenicienta. Intentaré que no s'inverteixi.
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