viernes, 23 de abril de 2010

Valor y miedos

Si tuviese valor, este blog sería privado. Sería sólo para mí. Pero soy un cobarde y necesito publicar aquello que me sucede. ¿Por qué lo hago? ¿Por las alabanzas? ¿Por las críticas? Si al menos me sirviese para tener fama o mujeres, podría pensar que tiene un sentido. Incluso lo tendría si destrozase mi reputación, si arruinase mi vida. Pero escribo por cobardía, por pereza a afrontar la vida cara a cara. Es patético pensar que el blog puede servir para alguna cosa o a alguien. A veces me da la sensación de que delego mis relaciones sociales a este espacio, como si quisiera optimizarlas a través de la escritura. Hay que ser un imbécil para usar la escritura para allanarte el camino, principalmente si se escribe como lo hago, sin esmeros. Si tuviese valor escribiría sólo para mí.



Hoy observaba a mis alumnos mientras jugaban en el patio durante la fiesta de Sant Jordi. Me fijé en sus pequeñas felicidades. (Suelo hacer estas cosas. Imagino que el tiempo se detiene y observo las imagenes). En ese momento pensé: "Siempre sufrimos por tonterías". Ahora sufro menos, pero tengo más miedos que antes. De pequeños nuestros sufrimientos están únicamente circunscritos a la circunstancia y nunca tomaban una categoría metafísica. En cambio, al crecer, nos vamos perdiendo por las ramas del miedo. Me vino a la mente mi escritura, mis obras de teatro, mi poesía... Y me sentí un tanto quijotesco, entre tanta gente.



Sufro menos, porque me puse la escafandra, porque no me quiero exponer a los cambios, porque anulo emociones; pero tengo miedo de que si no voy con cuidado, se me haga todo eterno. Y entonces aparece el blog, el espacio donde aparco momentáneamente los miedos. Los delego a los lectores, a vosotros. Sólo espero que el miedo no me quiete el corage a coger de la mano a la gente, a mirarla a los ojos, a dejarme fluir. Tal vez sea cuestión de disciplina. El caso es que no puedo seguir escondiéndome bajo las sábanas de la escritura. Si tuviese valor, este blog no existiría.

5 comentarios:

Cenicienta dijo...

si se't passa per un moment deixar-lo ni t'ho pensis, encara hi ha gent més covard que tú, jo mateixa escric desde l'anonimat al meu, per la mateixa raó que tú, per a expressar el que no puc fer a la cara de les persones, per a desofegar els meus patiments i les meues pors, una via d'escap, i poca gent sap qui sóc, i només una em fa sentir lliure, no sé si saps qui és...

oscar dijo...

Chico, eso es un bajón de defensas. En cuanto descanses y te relajes un poco verás que no es tan grave. Personalmente, me gusta lo que dices y cómo lo dices. Me haces pensar. Y eso no lo consigue mucha gente. Además, tampoco creo que nos digas todo lo que piensas o lo que te sucede. Siempre guardas algo para ti.

No me gusta verte así. Hace unos días estabas muy ilusionado. Descansa y mira las cosas desde la distancia.
Un fuerte abrazo, amigo.

chuscartes dijo...

Cenicienta, no tinc els collons per deixar-ho. De totes formes, és un dels girs del meu cap. Quan tinc tot a favor, penso i tremolo.

Óscar, puede que tengas razón y lo que necesito es un descanso. Este finde podré descansar. Y lo haré. Llevo mucho tiempo encadenando cosas. Me lo dedicaré. Prometo intentarlo.

Anónimo dijo...

Te agradezco tu blog porque lo que expresas es interesante. En el fondo todos tenemos emociones y sentimientos comunes. Lo que pasa es que algunos no tienen el valor o la habilidad de escribirlas. Por eso algunos se dedican a escribir y crear; y otros como yo a leer novelas o blogs en este caso.
Pero en el fondo me identifico con algunos temas que escribes.
Sigue así.

Lacuerda dijo...

Peoncita, no creo que te escondas bajo las sábanas de la escritura. Yo te reconozco tal y como eres. Te flagelas un poco, pero se te reconoce. Yo creo que los cobardes somos aquellos que tenemos un diario personal y no lo mostramos a los demás. Un fuerte beso.